Resbalosos Fútbol Club

Débil la performance
Un "resbalón" que no
alcanzó para porrazo

• Pese al abultado marcador (1 a 4), Resbalosos tuvo que sortear muchos obstáculos, como las cinco bajas y el escaso conocimiento entre las piezas de esta nueva máquina rojinegra.

Por Temístocles Permio de Toro

Corrían los últimos minutos de la brega. De la pierna de El Bíblico Fuentealba manaba una roja cascada de sangre furiosa. El Verdugo Arancibia sudaba ira e impotencia, mientras su respiración agitada le nublaba hasta los pensamientos. El Cóndor Casanova gastaba las últimas fuerzas de su entrega admirable. Minero Ruiz -más urgido que pendeja de quince a las semanas después de un polvito a capella- se preocupaba por unas repentinas náuseas que lo tenían abatido en el suelo. Maravilla Tabilo no tenía espacio para más rasmillones ni lugar para recibir más pelotazos. El profesor Ranarián esforzaba al máximo su cada vez más deteriorada garganta, tratando de dar orden al generalizado desconcierto... Resbalosos caía por goleada, pero el que desmienta el esfuerzo de estos desinteresados muchachos, es un demente.
Nada fue fácil para los chicos del Banda Sangre. Partía la jornada y el plantel se enteraba que para el ansiado debut, contarían con cuatro sensibles bajas: Rana Arriagada, Príncipe Mancilla, La Perla Reyes y Matador Pérez.
Se suponía que el Iluminado Morales se haría cargo de adiestrar al equipo en este durísimo enfrentamiento, pero con la cobardía de las últimas temporadas, el DT huyó, dejando a sus pupilos en el más absoluto de los desamparos.
Los minutos pasaban y la caribeña figura de Hot Sánchez brillaba por su ausencia. "Problemas personales", esgrimió desde la lejanía del teléfono... el todocampista era la quinta baja.
Con todos estos ingredientes, el caldo de cabeza rojinegro estaba bastante denso, pero el recuerdo del compañero caído en batalla hacía que el grupo mantuviera la moral altiva y la convicción inamovible.
El carbón~menstrua saltó a la cancha con un 2-1-1 (Tabilo; Casanova, Fuentealba; Ruiz; Arancibia). Eran cinco, no había posibilidad de recambio. Ese era el todo o nada de los del Guati, matar o morir, morder la almohada o hacer que la mastique el oponente.

La banda bohemia impuso sus términos desde el inicio. La solvencia defensiva asombraba y la velocidad en las salidas incomodaba de sobremanera al fondo perforado. Fueron 10 minutos de vértigo, pasión y desenfreno. Los 320 hinchas del Resba que se trasladaron desde todo Chile, gozaban mojados de excitación con la que asomaba como una victoria de sus colores.
Pero el buen fútbol no tuvo recompensa: Minero y Cañoncito malograron chances claras de abrir la cuenta... la puntería no acompañó esta vez.
El equipo adversario -de 9 elementos- hacía cambios constantes y este factor empezó a mermar la potencia física de Resbalosos, sumado al juego brusco de los historiadores, que como futbolistas son buenos instructores de karate.
Perforadores comenzó a aproximarse a la valla del excelente Tabilo quien, pese a sus intervenciones históricas, no pudo evitar que los grises anotaran uno tras otro los goles que sepultaron las esperanzas de todo un pueblo que sueña, come y vive en rojo y negro. 0-2 acabó el primer tiempo.
La Banda de Ranarián se tomó un cafecito con malicia en los vestuarios y salió con la convicción que sólo tiene un resbaloso: truncar las adversidades. Sin embargo, los kilitos de más, los combinados extras, las visitas al Brandow y la nostalgia por el compañero en desgracia, terminaron por derrumbar a los rojinegros.
El 0-3 no tardó en llegar y el Decano reprobaba una lección digna de mediocres. El descuento del Carbonífero -gol de buena factura, que fue lo único que el '11' hizo en la brega- sirvió para que Iván Álvarez invocara a Santa Rita, pero nada duró esa luz de esperanza. El 1-4 penetró como verga sin vaselina en los anos de cada resbadicto.
Resbalosos cayó por tres goles de diferencia, que bien pudieron ser 15, de no ser por la invaluable tarea del golero Lucho Tabilo que -cual "mariposa" de chorizo de la Emergencia- sacaba manos, pies y hasta la cara para proteger su portería.
La banda perdió un partido, pero la batalla recién comenzó.