Sergio abrió mucho a las chicas

Como DT es un tremendo goleador
Desastrozo debut de Chupa
en la banca de Resbachoras

  • 13 goles en el saco, una lluvia de papeles encendidos y las críticas de sus propias dirigidas, fue el negativo saldo del jugador histórico en su debut como adiestrador.

Por Agatha Luz

VERGONZOSO. Las derrotas nunca son dignas, pero caer por una decena de goles de diferencia (13-3), es algo que invita a esconder la cabeza en la tierra, tal como los avestruces.
Y esta vez el gran plumífero fue Sergio Vallejos, quien se estrenó como domador de las Resbachoras y se comió una boleta inolvidable.
La falta de experiencia le pasó la cuenta al blondo entrenador, que nunca le encontró la vuelta a un partido que, si bien era complicado, pudo haber sido un poco más parejo.
Las rojinegras aguantaron como pudieron durante los primeros minutos, pero la movilidad y talento de la menuda número 7 de las rivales terminó por imponerse y, junto con la primera pepa recibida, se dio inicio a la carnicería.
Si Sergio y sus chicas sabían contar por docenas, ayer se quedaron cortos. 13 fueron los goles con los que le tiraron el portón abajo a las Resbalosas, un equipo que se abrió en demasía y que no tuvo capacidad de reacción, pues las mudas indicaciones de la banca sólo ayudaban al desconcierto de las corredoras.
Cuando la diferencia era de 8 goles y algunos fanáticos aún le tenían fe a una remontada de las rojinegras, un nuevo gol de las Patito provocó el quiebre definitivo entre Chupa Vallejos y la numerosa y bulliciosa barra que acudió al recinto. El nombre de Arriagada sonaba como un coro celestial por todos los rincones del gimnasio.
Un par de descuentos alcanzaron a ilusionar a la gente de la Seis, pero cuando nuestras chicas anotaban un gol, las rivales respondían de vuelta con dos.
Más encima, un penal inexplicable -digno de Sebastián Fritzer- condenó a las carbón~menstrua a entregarse una vez más a su suerte. La robusta portera oponente tomó la responsabilidad y no falló. Era el 13-3 y el fin del encuentro.
La parcialidad hizo sentir con furia su descontento: insultos a granel y papeles envueltos en llamas caían como duros granizos sobre la atractiva figura del rubio estratega, que se escudaba cobardemente tras sus jugadoras. Desde la distancia, Vallejos se tomó sus partes íntimas y amenazó con bajarse los pantalones. En la conferencia de prensa, más tranquilo, reconocería: "Esto fue una bofetada para toda mi trayectoria".
Con esta derrota, las Resbachoras alargan su racha negativa y se posicionan en el fondo de la tabla de colocaciones.

A Vallejos le quedó grande el buzo de Arriagada

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