Pieza clave en la zaga
Resbalosos y la Piscoladependencia
Por Bandolero Lillo
Piscoladependencia no es sinónimo de que este brebaje criollo sea parte de las necesidades del plantel rojinegro a la hora de saltar al terreno de juego, el término simplemente expresa lo imperioso que es para Resbalosos contar con la presencia de Félix Ruiz en la extrema defensa.
La pachorra del central y su capacidad para defender y atacar sin fijarse en sus evidentes kilitos demás, son un aliciente para sus compañeros, que se contagian del espíritu ganador de Piscola.
El Marqués de Villa Alegre, por motivos personales, no pudo estar presente en la semifinal y eso le pasó la cuenta a los dirigidos de Guastengo.
Kaiser León se sintió huérfano en la zaga, sin su compañero de tantas batallas, tanto dentro como fuera del campo de juego, razón que lo llevo a jugar uno de sus partidos más bajos con la banda roja en el pecho.
El rostro adusto del "33" del Resba penó en cada contragolpe de Perforadores, en cada pelota con ventaja de los rivales, en cada mano a mano de los defensas rojinegros con los atacantes grises, en cada salida buscando el pelotazo sin destino...
Piscola fue un fantasma imposible de espantar. Su ausencia fue un duro castigo para Resbalosos.
Resbalosos y la Piscoladependencia
- Cada vez que Félix no estuvo en cancha, el Banda Sangre sucumbió.
Por Bandolero Lillo
Piscoladependencia no es sinónimo de que este brebaje criollo sea parte de las necesidades del plantel rojinegro a la hora de saltar al terreno de juego, el término simplemente expresa lo imperioso que es para Resbalosos contar con la presencia de Félix Ruiz en la extrema defensa.
La pachorra del central y su capacidad para defender y atacar sin fijarse en sus evidentes kilitos demás, son un aliciente para sus compañeros, que se contagian del espíritu ganador de Piscola.
El Marqués de Villa Alegre, por motivos personales, no pudo estar presente en la semifinal y eso le pasó la cuenta a los dirigidos de Guastengo.
Kaiser León se sintió huérfano en la zaga, sin su compañero de tantas batallas, tanto dentro como fuera del campo de juego, razón que lo llevo a jugar uno de sus partidos más bajos con la banda roja en el pecho.
El rostro adusto del "33" del Resba penó en cada contragolpe de Perforadores, en cada pelota con ventaja de los rivales, en cada mano a mano de los defensas rojinegros con los atacantes grises, en cada salida buscando el pelotazo sin destino...
Piscola fue un fantasma imposible de espantar. Su ausencia fue un duro castigo para Resbalosos.
1 comentarios:
7 de junio de 2008 a las 22:02
www.deportesperiodismoucsc.blogspot.com
échenle un ojo.
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